RUTA MADRID
EL ESCORIAL LA CRUZ VERDE EN MOTO
Esta es
una de las rutas típicas de los madrileños moteros, por ser una ruta dispar con diferentes escenarios.
Por un
lado tenemos la aproximación a la sierra de Madrid, por otro la circulación por
las carreteras comarcales de la sierra que te acercan al bonito y pintoresco
lugar de San Lorenzo del Escorial
Por otro
la subida al puerto de la cruz verde que
es un destino típico de los moteros que quieren sentir la sensación de tomar curvas
tumbando la moto desafiando las leyes de la gravedad.
Este lugar
mítico, es un pueblo de gran belleza con un encanto especial pues estando tan
cerca de Madrid su pasear por el centro histórico nos traslada a la época en la
que la burguesía madrileña
Buscaba un
lugar de descanso a las afueras y se rodeaba de todas las comodidades que en
aquel entonces podían.
En la mayoría
de sus construcciones predomina el granito dándoles un aspecto robusto similar
al de una fortaleza, sus puertas han visto el pasar de los tiempos sin inmutarse,
sus calles, sus jardines, sus rincones nos acogen con un aire especial de
nostalgia.
Hay una
gran oferta hostelera en la predominan los típicos asadores de leña, las típicas terrazas para departir con
los amigos, las plazas llenas de encanto
y muchas motos aparcadas, síntoma inequívoco de los destinos moteros por
excelencia.
El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial fue promovido
por Felipe II, entre otras razones, para conmemorar su victoria en la batalla
de San Quintín, el 10 de agosto de 1557, festividad de San Lorenzo. Esta
batalla marcó el inicio del proceso de planificación que culminó con la
colocación de la primera piedra el 23 de abril de 1563, bajo la dirección de
Juan Bautista de Toledo. Le sucedió tras su muerte, en 1567, el italiano
Giovanni Battista Castello El Bergamasco y, posteriormente, su discípulo Juan de
Herrera. La última piedra se puso 21 años después, el 13 de septiembre de 1584.
El edificio surge por la necesidad de crear un monasterio
que asegurase el culto en torno a un panteón familiar de nueva creación, para
así poder dar cumplimiento al último testamento de Carlos V de 1558. El
Emperador quiso enterrarse con su esposa Isabel de Portugal y con su nueva
dinastía alejado de los habituales lugares de entierro de los Trastamara. La
Carta de Fundación, firmada por Felipe II el 22 de abril de 1567, cuatro años
después del comienzo de las obras, señalaba que el Monasterio estaba dedicado a
San Lorenzo, pero sin señalar directamente la batalla de San Quintín,
probablemente para evitar citar una guerra como motivo de fundación de un
edificio religioso: se «fundó a devoción y en nombre del bienaventurado Sact
Lorenzo por la particular devoción» al santo del rey y «en memoria de la merced
y victorial que en el día de su festividad de Dios comenzamos a recibir». Las
«consideraciones» que cita el rey fueron el agradecimiento a Dios por los
beneficios obtenidos, por mantener sus Reinos dentro de la fe cristiana en paz
y justicia, para dar culto a Dios, para enterrarse en «una cripta» el propio
rey, sus mujeres, hermanos, padres, tías y sucesores, y donde se dieran continuas
oraciones por sus almas:
Reconocimiento de los «muchos y grandes beneficios que de
Dios nuestro Señor habemos rescibido» y «cuánto Él ha servido de encaminar y
guiar los nuestros hechos, e los nuestros negocios a su santo servicio».
Por «sostener y mantener estos nuestros Reinos es su sancta
Fee y Religión, y en paz y en justicia».
Porque a Dios le agrada que le edifiquen y funden iglesias
«donde su sancto nombre se bendice y alaba» y donde los religiosos den ejemplo
de fe.
Para que «se ruega e interceda Dios Nuestro Señor por Nos e
por los reyes nuestros antecesores e subcesores, e por el bien de nuestras
ánimas», según la orden dada por el Emperador «en el cobdecilo que últimamente
hizo nos cometió y remitió lo que tocaba a su sepultura y al lugar y parte
donde su cuerpo y el de la Emperatriz y Reina, mi señora y madre, había de ser
puestos y colocados».
Y para que «por sus ánimas se hagan y digan continuas
oraciones, sacrificios, conmemoraciones e memorias.
Tampoco podemos desdeñar otras razones para fundar el
Monasterio de El Escorial, como la celebración de la primera victoria de Felipe
II como rey, la afrenta que la mención a la Batalla de San Quintín -que se
libró a apenas quince kilómetros de París- suponía hacia Francia, la veneración
al mártir español San Lorenzo, en unos tiempos en los que la Reforma atacaba el
culto a los Santos y a las reliquias, o la necesidad de crear un centro
unificador de la Nueva Fe que surgía del Concilio de Trento.
1) El Monasterio reducido al esquema monacal tradicional. 2)
El Monasterio completado, sin cerrar el atrio del templo. 3) Solución
definitiva (según F. Chueca).
En julio de 1559 Juan Bautista de Toledo fue llamado a
España por Felipe II para realizar toda una serie de obras de gran importancia
para la realeza española. Una realeza que tendrá a partir de ahora una nueva
concepción del estado moderno y para la que será necesaria la creación de un
nuevo edificio que la representara. Juan Bautista será considerado el primer
arquitecto del Monasterio de El Escorial y sus trazas sentarán las bases de lo
que posteriormente será el lenguaje herreriano.
Las medidas del rectángulo de la planta, según señalaba el
padre Sigüenza en 1605, son de 735x580 pies castellanos, es decir, 205x162
metros. La altura total del punto más elevado de la cruz tomada con respecto al
pavimento de la iglesia es de 95 metros.
Las primeras trazas
En primera instancia se observa que las primeras trazas que
se conservan de Juan Bautista de Toledo proponían un edificio con una imagen
muy diferente al que se construyó definitivamente: torres en la mitad de la
fachadas laterales (las huellas de la Torre de la Biblioteca aún son visibles
en la fachada que da al Jardín, ya que se construyó en vida de Juan Bautista) y
dos torres más en la portada principal, donde el Patio de Reyes quedaba abierto
y dejaba ver en el fondo la portada de la Basílica. Sabemos por la
documentación que se conserva de los priores del convento que al principio se preveían
sólo cincuenta monjes en lugar de los cien finales, por lo que el proyecto
original tenía una altura menos en la parte delantera.
Felipe II caracterizado como Salomón (Lucas de Heere, 1559),
Catedral de San Bavón en Gante.
Fresco de «Salomón y la Reina de Saba» en el centro de la
Biblioteca de El Escorial.
En cuanto a la planta de la iglesia, el diseño se resolvía
con unas naves de menores dimensiones que las actuales, rematadas con una
capilla de ábside semicircular. No estando contento Felipe II con esta solución
hará llamar a Francesco Paciotto que le aconsejará al monarca que el templo
tenga el ábside plano. Finalmente el artífice de la solución definitiva fue
Juan de Herrera, que construyó un templo cuadrado basado en la planta del
Vaticano sobrepuesto a una planta basilical tradicional con el altar al final
de la nave principal. A Herrera también se debe la imagen unitaria de las
fachadas con menos torres y sin escalonamiento, lo que contribuyó a la potente
imagen final del edificio.
La planta definitiva del edificio, con sólo cuatro torres en
las esquinas y el Palacio Real haciendo de «mango», recuerda la forma de una
parrilla, por lo que tradicionalmente se ha afirmado que se escogió esta traza
en honor a San Lorenzo, martirizado en Roma en una parrilla, ya que el 10 de
agosto de 1557, día de la festividad del santo, tuvo lugar la batalla de San
Quintín. De ahí el nombre del conjunto y de la localidad creada a su
alrededor.1
Antecedentes monásticos
Fernando Chueca Goitia explicó la disposición general del
edificio dando gran importancia a la comprobada intervención de la orden
jerónima en las primeras trazas de la obra, de la que resultaría el núcleo
conventual de la iglesia y el claustro principal. La principal contribución de
Juan Bautista de Toledo habría sido añadir los palacios privados y públicos,
integrándolos en un esquema simétrico, mucho más propio del Renacimiento. Este
primer esquema de palacio real adosado a un monasterio era costumbre entre los
monarcas hispanos medievales, y lo utilizaron en los monasterios que usaban
para retiros, lutos y descansos. Podemos encontrar muchos antecedentes, como
Santo Tomás de Ávila, Guadalupe, Poblet, Santa Creus o Yuste, entre muchos
otros.2
Modelos bíblicos: el Templo de Salomón
Artículo principal: El Escorial y el Templo de Salomón.
En realidad el origen arquitectónico de su planta es muy
controvertido. Dejando a un lado la feliz casualidad de la parrilla, que no
apareció hasta que Herrera cerró la fachada principal con la «falsa fachada» de
la biblioteca y eliminó seis de las torres, la planta parece estar basada más
bien en las descripciones del Templo de Salomón de la Biblia y del historiador
judeo-romano Flavio Josefo.3 Esta idea debió ser modificada por las crecientes
necesidades del convento y las funciones que Felipe II quiso que albergara el
edificio (panteón, basílica, convento, colegio, biblioteca y palacio), por lo
que hubo que duplicar las dimensiones iniciales del proyecto. Las estatuas de
David y Salomón flanquean la entrada a la basílica recordando el paralelismo
con el guerrero Carlos V y el prudente Felipe II. Del mismo modo, se pintan dos
frescos de Salomón en el centro de las bóvedas de la Biblioteca y de la Celda
del Prior, mostrando sus imágenes de mayor sabiduría y prudencia en el
gobierno: el famoso episodio de la discusión con la Reina de Saba y la pelea de
las dos madres por el hijo, al que Salomón propone partir en dos.
Muchos autores, siguiendo un famoso artículo de René Taylor,
han buscado connotaciones ocultistas y mágicas en la comparación con el
edificio bíblico, lo que parece difícil dado la inflexible religiosidad de
Felipe II. Además, las connotaciones esotéricas del Templo de Salomón no
aparecieron hasta dos siglos después, con la aparición de la masonería. La
teoría más aceptada en la actualidad es la de que la similitud con el Templo de
Jerusalén y la presencia de las estatuas de David y Salomón en su fachada
buscaban subrayar la presencia real de Dios en la Eucaristía, idea negada por
los protestantes y defendida en el Concilio de Trento. Recordemos que para la
Reforma dicha presencia es meramente simbólica, ya que niegan que Dios esté
presente en las hostias consagradas. También es muy posible que, como hizo Juan
Bautista Villalpando a finales del XVI, se buscara dotar de un trasfondo
bíblico a las ideas del Humanismo sobre la recuperación de la arquitectura
pagana y las ideas sobre la modulación de Vitrubio, ya que el Templo de
Jerusalén que describió Flavio Josefo se construyó durante la dominación romana
de Judea.4
La arquitectura del Monasterio
La elegante Fachada Sur del Monasterio de El Escorial.
El resultado final guarda reminiscencencias de los tres
dominios que Felipe II había aprendido a amar en su juventud en Valladolid,
Milán y Bruselas: la planta rectangular con sus cuatro torres en las esquinas,
típica de los sobrios alcázares castellanos de piedra, la arquitectura clásica
italiana en la basílica y las portadas, y los típicos tejados apizarrados
flamencos. El edificio destaca por la potencia de su imagen, la sabia
composición de su complejo programa funcional, el rigor arquitectónico de cada
una de sus partes, la elegancia de la articulación arquitectónica entre las
distintas piezas, la cuidada perfección de sus proporciones y sus ricos valores
simbólicos. Debe destacarse también su impresionante unidad de estilo y el
haberse realizado en el reducido plazo para entonces de 21 años. Los valores
del proyecto son el orden, la jerarquización y la perfecta relación entre todas
las partes de la composición, integrando monarquía, religión, ciencia y cultura
en el eje principal: la Portada Principal con la estatua de San Lorenzo, la
Biblioteca, los Reyes de Judá, la Basílica y el Palacio privado del rey. La
teatralidad de este recorrido a través de este gran eje central para mostrar
finalmente el Sagrario con la Eucaristía anticipa a la llegada del Barroco.
El estilo escogido fue el del Renacimiento, muy depurado y
sin la profusa decoración plateresca. El orden arquitectónico predominante es
el toscano, el más sencillo del clasicismo, y el dórico en la iglesia. Pese a
su austeridad y aparente frialdad, el Monasterio de El Escorial fue un símbolo
del salto entre una España medieval y otra moderna. Su arquitectura, el mejor
ejemplo del Renacimiento español y modelo del estilo denominado
"Herreriano" o "desornamentado", no puede dejarnos indiferente.
Felipe II y sus arquitectos, de acuerdo con su gran cultura humanista aprendida
en sus viajes por Italia, Alemania y los Países Bajos, contrapusieron el
retorno al clasicismo romano al desbordante plateresco de la época. Se trata de
una de las principales obras maestras de la arquitectura española, tal vez su
página más brillante. Debe destacarse la fina sensibilidad de la Fachada Sur
escurialense, tan superior a sus imitaciones del siglo XX en un tema tan
difícil como es la repetición de tantas ventanas en un único lienzo.
Le Corbusier visitó el edificio, invitado en 1928 por García
Mercadal y alabó su arquitectura, hasta el punto de que se ha señalado su
semejanza con el proyecto del Mundaneum de 1929. Tras la celebración del Cuarto
Centenario del Monasterio en 1984 se redescubrieron muchos detalles
arquitectónicos del edificio, como la compleja geometría de los chapiteles
herrerianos, la audaz bóveda plana, las bellas chimeneas siamesas o la
ingeniosa solución espacial de la iluminación cenital de la linterna del convento.
Pero no debemos olvidar el valor tradicionalmente reconocido a El Escorial: el
hermoso Patio de los Evangelistas, con su espléndido ejercicio de bramantismo
del templete central, la grandiosa cúpula trasdosada, la primera realizada
sobre un tambor en España, la colosal escalera del convento, y los ejemplos del
manierismo de la Basílica y de la fachada principal, entre otras muestras de
gran arquitectura.5
Secciones del edificio
La Biblioteca.
Fachada de la Basílica.
Estatuas de Salomón y David en el centro de la fachada.
Cimborrio y cúpula de la Basílica.
Patio de los Evangelistas.
Frescos en la escalera principal.
Altar mayor.
Una de las Salas Capitulares.
Frescos en la Sala de las Batallas.
Gran Calvario, pintura de Rogier van der Weyden.
Las principales secciones en que se puede dividir el Real
sitio son:
Biblioteca
Artículo principal: Real Biblioteca de San Lorenzo de El
Escorial.
Felipe II cedió a la Biblioteca del Monasterio los ricos
códices que poseía y para cuyo enriquecimiento encargó la adquisición de las
bibliotecas y obras más ejemplares tanto de España como del extranjero. Fue
proyectada por el arquitecto Juan de Herrera cerrando el atrio de la Basílica y
unificando la fachada principal, ya que Juan Bautista de Toledo la situaba en
la desaparecida torre central de la Fachada Sur. Herrera también se ocupó de
diseñar las estanterías que contiene. Se ubica en una gran nave de 54 metros de
larga, 9 de ancha y 10 metros de altura con suelo de mármol y estanterías de
ricas maderas nobles primorosamente talladas.
Arias Montano elaboró su primer catálogo y seleccionó
algunas de las obras más importantes para la misma. Está dotada de una
colección de más de 40.000 volúmenes de extraordinario valor. En 1616 se le
concede el privilegio de recibir un ejemplar de cada obra publicada aunque
nunca se llegó a cumplir de una forma demasiado rigurosa.
La bóveda de cañón del techo de la biblioteca está decorada
con frescos representado las siete artes liberales, esto es: Retórica,
Dialéctica, Música, Gramática, Aritmética, Geometría y Astrología. Entre los
estantes de libros se colgaron retratos de diversos monarcas españoles, entre
ellos el famoso Silver Philip (Felipe IV con traje castaño y plata) pintado por
Velázquez, y que ahora está en la National Gallery de Londres. Los frescos de
las bóvedas fueron pintados por Pellegrino Tibaldi, según el programa
iconológico del Padre Sigüenza.
Palacio de Felipe II
Formado por una serie de estancias decoradas con austeridad,
fue el lugar de residencia del rey Felipe II. Situada junto al altar mayor de
la Basílica, cuenta con una ventana que permitía al rey seguir la misa desde la
cama cuando estaba imposibilitado a causa de la gota que padecía.
Basílica
Artículo principal: Basílica de El Escorial.
Precedida por el Patio de los Reyes, es el verdadero núcleo
de todo el conjunto, en torno al cual se articulan las demás dependencias.
Sala de las Batallas
En esta gran galería de 60 x 6 metros, con 8 metros de
altura, se representan en grandes pinturas al fresco algunas batallas ganadas
por los ejércitos españoles. Su iconografía ha sido muy debatida, ya que no se
representó la Toma de Granada, ni la Batalla de Lepanto, ni ninguna de las famosas
victorias de Carlos V, pero sí la olvidada Higueruela (Granada, 1431), San
Quintín (Francia, 1557) y Terceira (Azores, 1582). Mientras que algunos creen
que la Sala se hizo para afirmar la fuerza y el poder del Imperio Español, para
Henry Kamen la elección de San Quintín y de las otras dos batallas tan oscuras
puede deberse a la falta de entusiasmo militar del rey y a su presencia dentro
de un edificio religioso como agradecimiento a los favores divinos recibidos en
las guerras en defensa del Catolicismo.6
Cripta Real del Monasterio de El Escorial.
Fue construida por Juan Gómez de Mora según planos de Juan
Bautista Crescenzi. Consta de 26 sepulcros de mármol donde reposan los restos
de los reyes y reinas de las casas de Austria y Borbón, excepto Felipe V y
Fernando VI, que eligieron Palacio Real de La Granja y el Convento de las
Salesas Reales respectivamente.
Faltan también, por tanto, los restos de los reyes Amadeo I,
de la casa de Saboya, y José I Bonaparte, enterrados en la Basílica de Superga
de Turín y en Los Inválidos de París, respectivamente. También reposan los
restos de las reinas consortes que son madres de rey. Además del único rey
consorte que ha habido en España, Francisco de Asís de Borbón, esposo de Isabel
II.
Salas capitulares
Destinadas actualmente a pinturas, eran las salas donde los
monjes celebraban sus Capítulos, especie de confesiones mutuas para mantener la
pureza de la congregación. Desde tiempos de Velázquez, que intervino en su
decoración, albergaron importantes pinturas. A pesar del traslado de muchas al
Museo del Prado, actualmente se exhiben varias tan importantes como La Última
Cena y un San Jerónimo de Tiziano y La túnica de José de Velázquez. En febrero
de 2009, se ha vuelto a colgar en esta zona un Martirio de san Sebastián de Van
Dyck, recuperado dos siglos después de su sustracción durante la invasión
napoleónica.
Pinacoteca
Formada por obras de las escuelas alemana, flamenca,
veneciana, italiana y española, de los siglos XV, XVI y XVII. Incluye diversas
obras de Pieter Coecke, pintor predilecto de Felipe II, así como de El Bosco,
una Adoración de los pastores de Tintoretto y la famosa Crucifixión (o Gran
Calvario) de Rogier van der Weyden. En otra sala, conocida como Iglesia Vieja,
se exhibe El Martirio de San Lorenzo, de Tiziano, que Felipe II encargó para el
retablo principal de la basílica pero que se descartó por su colorido oscuro,
poco visible a cierta distancia.
Museo de Arquitectura
En sus once salas se muestran las herramientas, grúas y
demás material empleado en la construcción del monumento, así como
reproducciones de planos y documentos relativos a las obras, con datos muy
interesantes sobre las mismas.
Jardines de los Frailes
Mandados construir por Felipe II, que era un amante de la
naturaleza, constituyen un lugar ideal para el reposo y la meditación. Manuel
Azaña, que estudió en el colegio de los frailes agustinos de este monasterio,
lo cita en sus Memorias y en su obra El jardín de los frailes. Lugar de
entretenimiento y estudio de los alumnos.
Jardines de los Frailes en la Monasterio de El Escorial,
España
Relicarios
Siguiendo uno de los preceptos aprobados por el Concilio de
Trento referente a la veneración de los santos, Felipe II dotó al Monasterio de
una de las mayores colecciones de reliquias del mundo católico. La colección se
compone de unas 7.500 reliquias, que se guardan en 507 cajas o relicarios
escultóricos trazados por Juan de Herrera y la mayoría construidos, por el
platero Juan de Arfe y Villafañe. Estos relicarios adoptan las más variadas
formas: cabezas, brazos, estuches piramidales, arquetas etc. Las reliquias
fueron distribuidas por todo el Monasterio concentrándose las más importantes
en la Basílica. En el lado del Evangelio, bajo la protección del Misterio de la
Anunciación de María, se guardan todos los huesos de los santos y mártires. En
el lado opuesto, en el Altar de San Jerónimo, se sitúan los restos de los
santos y mártires. Los restos sagrados se guardan en dos grandes armarios,
decorados por Federico Zúccaro, que se encuentran divididos en dos cuerpos; se
pueden abrir por delante, para ser expuestos al culto, y por detrás, para poder
acceder a las reliquias.
Patrimonio de la Humanidad
El Escorial, Patrimonio de la Humanidad.
El 2 de noviembre de 1984, en coincidencia con la
celebración del cuarto centenario de la colocación de la última piedra, el
Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, reunido en la ciudad argentina de
Buenos Aires, inscribió el Monasterio en la Lista del Patrimonio de la
Humanidad, como "El Escorial: Monasterio y Sitio". Esta figura
incluye el Monasterio y otros enclaves de realengo, la Casita del Príncipe y la
Casita del Infante, ambas diseñadas por Juan de Villanueva para Carlos III.
Texto extraído de wikipedia.
El puerto de la cruz
verde se encuentra a 9 Km del Escorial y se caracteriza por ser un puerto
plagado de curvas súper cerradas motivo por el cual los moteros la transitan a
menudo.
En su cumbre se
encuentra un restaurante con una gran terraza y un parking amplio donde lo
normal es verlo plagado de motos pues
una parada obligada para reponer fuerzas y continuar poco después
2 comentarios:
Cienmilbalas...Madrid el Escorial la cruz verde "
¡¡¡Bellìsimas fotos !!! que paseo esplèndido junto a ti me has hecho pasar..fantàstico.( y en moto¡¡¡jaja)
Extañaba tu presencia aqui...me he ido de vacaciones y he regresado pensando que quizàs algo me habìa perdido de lo publicado por ti
Gracias por compartir tus fotos y paseo...
un beso desde Argentina
hola !!! estuve aquí hace un par de años....pero en coche...me encantó MADRID, me quedó mucho por ver, pero buena razón para poder volver.
Que tal FEZ para mi viaje ?? a ver si me aconsejas.....un abrazo.
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